El inicio del día marca el ritmo
La jornada de trabajo comienza a última hora del día anterior. Antes de terminar el día es importante cerrar la jornada haciendo balance de todo lo conseguido (refuerzo positivo) y preparar cómo debe ser al día siguiente. Guarda las primeras horas del día para empezar la jornada enfocado y con energía. Empieza con buenas rutinas y hábitos personales que te permitan cuanto antes estar listo para empezar a trabajar en la tarea principal del día. Las dos primeras horas del día deben aprovecharse para realizar el trabajo que requiere mayor concentración y/o creatividad y preferiblemente deberías evitar distracciones en esta franja. Esto significa:
- No mirar el correo electrónico ni ninguna app de mensajería antes de terminar esta franja de trabajo importante
- Trate de evitar reuniones a primera hora si no es imprescindible. Las reuniones drenan energía que será mucho más útil si lo aplicas a realizar la tarea más importante del día.
Si trabajas fuera de casa (en un coworking o una cafetería o donde sea) salir marca el "cambio de chip" del modo casa al modo trabajo. Si trabajas de casa, es importante identificar qué ritual te hace cambiar esta mentalidad: vestirte, ubicarte en un espacio destinado para trabajar, prepararte un café o un té.
Espacio de trabajo adecuado
La comodidad con la que puedas trabajar es directamente proporcional al resultado del trabajo que vas a realizar.
Busca un espacio donde puedas trabajar cómodo, sin distracciones, bien iluminado y en el que dispongas de una buena conexión y una buena puesta en escena si tienes que hacer videoconferencias durante tu día de trabajo.
Periódicamente ordena y elimina todo lo que sobre de tu espacio de trabajo. El desorden son distracciones, las distracciones restan enfoque, la pérdida de foco es menos eficiencia.
Organiza tu tiempo
Al igual que el día antes habrás decidido cuáles son los principales objetivos para tu día de trabajo, también es importante que marques las franjas horarias en las que tienes intención de trabajar y las franjas que te dedicarás a otras cosas (trabajos, pasear al perro , hacer deporte, socializar..) El tiempo, bien gestionado, debe permitirte hacer todo lo que necesitas y, sobre todo, todo lo que quieres hacer. Métodos como la técnica Pomodoro sirven para fraccionar la jornada en tramos de productividad y tramos de descanso que puedes aprovechar para realizar cosas no vinculadas con el trabajo.
Y lo más importante: cuando termina la jornada de trabajo se acaba. Celebra lo que has conseguido durante el día, organiza tu trabajo al día siguiente y cierra el ordenador y hasta mañana.
Mens sana in corpore sano
Si tu trabajo es de carácter intelectual puedes caer en el mal hábito de descuidar tu forma física y, está demostrado, que existe una estrecha relación entre la mente y el cuerpo.
Añade a tus rutinas matinales algún tipo de ejercicio físico que te ponga las pilas de buena mañana. Aunque trabajes en casa sale a pasear, ve a correr, muévete. Un cuerpo sano y ausente de dolor hará también que tu mente funcione correctamente y seas productivo.
Recompénsate
Sea con papel y bolígrafo o con cualquier herramienta de gestión de tareas de productividad tendrás una lista de objetivos/tareas clave que debes realizar. El objetivo de estas listas de tareas es doble, por un lado tener claro cuál es el trabajo a realizar durante el día y por otro la satisfacción de poder ir marcando como completado todo lo que vas consiguiendo. Tan importante es lo uno como lo otro.
Gestiona bien tus comunicaciones
Es fundamental entender bien la diferencia entre:
- Una reunión
- Una videollamada
- Una llamada
- Un mensaje de whatsapp (u otras apps de mensajería)
- Un correo electrónico
De las opciones anteriores siempre utiliza la menos intrusiva (la más abajo de la lista que sea posible).
¿Y tú? ¿Qué consejos le darías a las personas que quieren gestionar bien su teletrabajo?